FILIPPO ONGARO
Pregúntese a sí mismo: ¿Qué puedo hacer -pequeños cambios- para mejorar mi vida? No sólo porque estos cambios podrían ser buenos para usted en el futuro, ayudándole a vivir un poco más o a reducir el riesgo de muchas enfermedades, sino porque hoy se va a sentir mejor.
El Dr. Filippo Ongaro es un experto en estilo de vida y longevidad que anteriormente trabajó como cirujano de vuelo para la Agencia Espacial Europea (ESA), colaborando con la NASA y la Agencia Espacial Rusa. Se especializó en longevidad desarrollando programas de contramedidas para ayudar a los astronautas a mantenerse sanos en ausencia de gravedad, donde seis meses en el espacio pueden causar una pérdida muscular y ósea equivalente a 10 años de envejecimiento en la Tierra. El Dr. Ongaro, primer médico italiano certificado en antienvejecimiento y medicina funcional en Estados Unidos, utiliza ahora sus conocimientos para asesorar a particulares, ayudándoles a mejorar su salud y bienestar mediante estrategias personalizadas de estilo de vida.
¿Podría explicarnos cuál era su papel como médico de astronautas?
Trabajé como cirujano de vuelo, un médico asignado a los miembros de la tripulación. Mi función consistía en preparar físicamente a los astronautas antes del vuelo, controlar los cambios durante la misión y ayudarles en la rehabilitación tras su regreso. El trabajo se centraba en el entrenamiento físico, la gestión del estrés, la nutrición y la administración de suplementos. Un aspecto clave era el programa de contramedidas, diseñado para ayudar a los astronautas a mantenerse sanos en ausencia de gravedad. Sin él, seis meses en el espacio podrían causar la misma pérdida de masa muscular y ósea que 10 años de envejecimiento en la Tierra. Esta investigación ha sido crucial para comprender el papel del músculo en el envejecimiento y sus efectos más amplios sobre la salud. Cuando no estaba asignado a una misión, participaba en programas de investigación y exploraba nuevas formas de apoyar la salud de los astronautas.
¿Podría definir la medicina funcional y la medicina antienvejecimiento?
La medicina funcional es un enfoque occidental integrador de la salud holística, centrado en la persona en su totalidad y no en partes aisladas. Es altamente científica y su objetivo es mantener la salud y la funcionalidad, incluso para quienes padecen enfermedades crónicas. Aunque los cuidados intensivos han avanzado mucho, la prevención y la gestión de las enfermedades crónicas no lo han hecho tanto. La medicina funcional llena este vacío centrándose en la preservación de la salud.
La medicina antienvejecimiento está estrechamente relacionada, pero se centra específicamente en la prevención del envejecimiento. Sin embargo, ahora se prefiere el término "medicina de la longevidad". El objetivo es envejecer con gracia y mantener la capacidad funcional en lugar de verse abrumado por el proceso de envejecimiento. Dicho esto, estos campos son relativamente nuevos y, aunque hay mucha ciencia, también hay mucha ciencia ficción por ahí, con gente hablando de terapias no probadas. Es importante ser prudentes.
Los sistemas sanitarios actuales tendrán dificultades para gestionar la creciente ola de envejecimiento de la población y el consiguiente aumento de enfermedades. Necesitamos un nuevo enfoque, y creo que la medicina funcional es una de las soluciones más prometedoras.
¿Cree personalmente en la reversión de la edad?
Es una gran pregunta. Hace poco, un estudio sugería que probablemente hemos llegado al límite de la prolongación de la vida humana, a pesar de las enormes inversiones en terapias para revertir la edad. Aunque podemos ralentizar el envejecimiento, por ahora no es posible revertirlo. Incluso si surgen terapias en el futuro, tendrán que ir acompañadas de cambios en el estilo de vida, como ejercicio, alimentación sana y control del estrés, cosas que ya sabemos, pero que a menudo nos cuesta aplicar sistemáticamente.
Se puede añadir crioterapia, infusiones antioxidantes y otras cosas, pero lo fundamental -ejercicio, comer bien, reducir la ingesta de calorías y controlar el estrés- es lo que sabemos desde hace mucho tiempo.
¿Podría explicarnos los pilares de su técnica antienvejecimiento y cómo utilizar el bucle de hábitos para reforzar los comportamientos beneficiosos?
Los pilares clave de un estilo de vida antienvejecimiento no son demasiado complejos, y la mayoría de la gente ya sabe lo que debe hacer. En primer lugar, debemos centrarnos en alimentos ricos en nutrientes y bajos en calorías para evitar el aumento de peso y la resistencia a la insulina. A continuación, el ejercicio es crucial, sobre todo el entrenamiento de fuerza, que preserva la masa muscular, un órgano vital para la longevidad. El mantenimiento de los músculos favorece el metabolismo, las hormonas, la sensibilidad a la insulina y la salud ósea. También es esencial controlar el estrés, mediante prácticas como la meditación o simplemente pasando tiempo en la naturaleza. Por último, la suplementación inteligente, basada en las necesidades individuales, es necesaria porque las dietas modernas a menudo carecen de nutrientes suficientes.
En cuanto al bucle de hábitos, debemos aplicar estos cambios de forma eficaz. La neurociencia demuestra que confiar en un exceso de disciplina y motivación no funciona para la mayoría de las personas a largo plazo. En su lugar, podemos utilizar el mismo proceso que establece los malos hábitos para construir los buenos, siendo la clave la gratificación. Si percibes estos nuevos hábitos como sacrificios o algo doloroso, no producirás suficiente dopamina para que se te peguen. Llamamos a nuestro enfoque "neurocoaching" porque se basa en la neurociencia. En lugar de forzar los hábitos mediante la disciplina, diseñamos programas que trabajan con el funcionamiento del cerebro. Esto implica introducir pequeñas dosis de nuevos hábitos con gratificación incorporada, lo que facilita su adopción con el tiempo. Además, ajustamos el entorno de la persona para reforzar estos hábitos mediante señales ambientales que fomentan los comportamientos deseados.
Neurocoaching suena como "sin dolor, más ganancia", lo que desafía la vieja mentalidad de "sin dolor, no hay ganancia" que hemos escuchado durante tanto tiempo.
Creo que "sin dolor no hay ganancia" puede funcionar durante un corto periodo de tiempo o para ciertos rasgos psicológicos, pero para la mayoría de la gente no es sostenible. Deberíamos promover la idea de "sin dolor, más beneficio". El cambio no tiene por qué venir de la fuerza o el castigo. La mayoría de la gente no cree realmente en la idea de "sin dolor, no hay ganancia"; han sido condicionados a sentirse débiles o perezosos, pensando que necesitan convertirse en superhombres. Pero cuando se dan cuenta de que no lo son, se rinden.
La clave está en comprender que crear un hábito lleva entre dos y cuatro meses. Durante este tiempo, hay que centrarse en hacer automático el nuevo hábito, no en los extremos. Sólo después de que se convierta en automático debe empezar a considerar el esfuerzo necesario para obtener resultados reales. Aunque el cambio no requiere tortura, sigue siendo necesario un cierto nivel de esfuerzo para progresar.
¿Qué les dice a los que piensan que un estilo de vida sano puede hacer que viva más tiempo pero sin ninguna alegría ya que debe evitar todo lo que es agradable en el momento?
Es un equilibrio personal. La medicina de la longevidad puede correr el riesgo de medicalizar demasiado la vida, haciendo que incluso las personas sanas se controlen constantemente, lo que puede crear ansiedad. Pero, ¿de qué sirve vivir más si no se puede disfrutar?
Hay una diferencia entre disfrutar de una copa de vino con los amigos y sentir que se necesita. A menudo, estos antojos tienen su origen en el estrés, la soledad o el aburrimiento. Es importante centrarse en la causa, no sólo en el comportamiento.
Al final, se trata de elegir y ser responsable. Así que una conversación que hay que tener con la gente es cuánta indulgencia necesitan realmente para sentir esa alegría, y qué prefieren tener. Un capricho ocasional está bien, pero si se convierte en un hábito, las consecuencias se acumulan.
¿Qué opina del biohacking y en qué aspectos debería centrarse menos la gente frente a cuáles deberían priorizar?
En Internet se tiende a exagerar las soluciones tecnológicas -ya sean fármacos, compuestos naturales o dispositivos como wearables y terapias- porque prometen resultados sin esfuerzo. Sin embargo, desde una perspectiva científica, las pruebas más sólidas apoyan los cambios basados en elecciones cotidianas.
El seguimiento de todo a través de wearables puede ser útil, pero sin hacer cambios en su rutina, sus beneficios son limitados. Dormir es vital, pero muchas soluciones, como los somníferos, no suelen mejorar la calidad del sueño. En última instancia, son los pequeños cambios sostenibles en tu rutina los que producen beneficios a largo plazo, no la última tecnología. Soy escéptico respecto al biohacking, ya que a menudo simplifica las complejidades del cuerpo humano y engaña a la gente haciéndole creer que puede controlarlo fácilmente.
¿Cómo deben enfocarse los análisis de sangre para controlar la salud?
Los análisis de sangre tradicionales suelen pasar por alto marcadores críticos del estrés oxidativo, la inflamación y la salud metabólica. Para obtener una evaluación exhaustiva, es aconsejable consultar a un médico especialista en longevidad o antienvejecimiento funcional que pueda proporcionar un panel de análisis a medida.
En general, para la mayoría de las personas basta con hacerse las pruebas dos veces al año. Un exceso de pruebas puede dar lugar a datos irrelevantes y a una ansiedad innecesaria, ya que un seguimiento demasiado frecuente puede poner de manifiesto fluctuaciones normales en lugar de problemas de salud importantes. Aunque la detección precoz es vital, también es importante reconocer que muchas de nuestras imperfecciones pueden funcionar perfectamente dentro de nosotros, y no todas las anomalías requieren intervención. De hecho, algunos cánceres en estadios tempranos detectados mediante cribado podrían permanecer en silencio y no evolucionar nunca hasta convertirse en afecciones clínicamente relevantes, lo que conduciría a tratamientos potencialmente innecesarios.
¿Cuáles son algunos aspectos de la nutrición sobre los que ha cambiado de opinión en los últimos diez años basándose en investigaciones recientes?
Hay algunas cosas sobre las que he cambiado de opinión en materia de nutrición, sobre todo en relación con el revuelo que rodea a las nuevas propuestas nutricionales que surgen cada año. Un cambio significativo es mi enfoque de la ingesta de proteínas. Durante muchos años, la creencia predominante era que las proteínas eran malas, principalmente debido al uso excesivo de proteínas grasas en la dieta estadounidense. Sin embargo, lo que está surgiendo ahora es que, a medida que envejecemos, en realidad deberíamos aumentar nuestra ingesta de proteínas porque, sin la cantidad adecuada, resulta casi imposible mantener la masa muscular, que es el principal órgano de la longevidad.
Otro cambio es la actitud hacia las grasas. Yo crecí en un mundo médico que consideraba que todas las grasas eran malas, pero hoy comprendemos que algunas grasas son esenciales para el organismo. Además, cada vez se es más consciente de la necesidad de modular la ingesta calórica mediante técnicas como el ayuno o simplemente reduciendo los alimentos hipercalóricos de la dieta. Técnicas como el ayuno intermitente, como el enfoque 16:8 o los ayunos periódicos de 24 horas, se han mostrado prometedoras, ya que el principal efecto es la destrucción y eliminación de las células dañadas. No obstante, es necesario seguir investigando para comprender cómo estas prácticas pueden variar en sus efectos entre diferentes individuos.
¿Qué importancia tiene cuidar el cerebro? ¿Puede darnos algunos consejos para mantener la salud cerebral a medida que envejecemos?
En primer lugar, debemos comprender que el cerebro es un órgano increíblemente complejo y delicado. Mantener un cuerpo sano es crucial para la salud cerebral, porque el cerebro es muy sensible a cosas como los cambios en la tensión arterial, el exceso de azúcar y el colesterol alto. Por lo tanto, cuidar el cuerpo en general beneficia directamente al cerebro. Además, el cerebro tiene necesidades específicas, como el entrenamiento de cualquier músculo. La memoria, el razonamiento, la resolución de problemas y el aprendizaje son las principales funciones del cerebro y, para mantenerlo sano, necesitamos estimularlo continuamente. Un factor importante es asegurarse de que estamos consumiendo suficientes ácidos grasos omega-3, especialmente DHA, que desempeña un papel clave en la construcción de estructuras cerebrales responsables de nuevos comportamientos. Además, es vital mantener los retos mentales y adaptarse a nuevas tareas. Ahora conocemos la neuroplasticidad, que significa que el cerebro sigue adaptándose a lo largo de la vida. Al igual que los músculos, la función cerebral se pierde no por la edad, sino porque no se utiliza lo suficiente.
¿Algo más que quiera compartir con nuestra audiencia?
Les invito a que se pregunten: ¿Qué puedo hacer -pequeños cambios- para mejorar mi vida? No sólo porque esos cambios puedan ser buenos para ti en el futuro, ayudándote a vivir un poco más o a reducir el riesgo de muchas enfermedades, sino porque hoy te vas a sentir mejor, y eso es lo más importante. Tendrás más energía y más libertad para vivir la vida plenamente porque tu cuerpo está en buena forma.
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